Wyatt
Klaegar estaba cansado de intentar mantener la paz entre las constantes
disputas de sus amigos y las travesuras infantiles. Cuanto mayor se hacía,
menos humor encontraba en sus bromas, deseando que se tomaran la vida más en
serio.
Basil
Riddick tuvo poca alegría en su vida mientras crecía, pero aun así logró
encontrar una manera de reír. Desde que era pequeño, sus padres lo empujaron a
ser el mejor, incluso graduarse a la edad de dieciocho años con un título en
medicina. Cuando finalmente se alejó de sus dominantes padres, Basil juró
divertirse lo más posible.
Lástima
que cuando encontrara a su pareja, el hombre no sabría divertirse si lo hubiera
golpeado en la cabeza. Como dice el refrán, los opuestos se atraen, y Wyatt
estaba bastante seguro de que Basil era todo lo contrario cuando se trataba de
ser maduro.
Pero Basil
estaba decidido a mostrarle a Wyatt cómo relajarse y reír.
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