Para Mack McKinley y su equipo de
asesinos Caminantes Fantasmas, la guerra urbana es un arte. Pero a pesar de su
conocimiento de las calles de San Francisco, Mack sabe por experiencia que
muchas cosas pueden salir mal. Enfrentarse al peligro no es más que otra parte
del juego... y ahora se enfrenta a alguien que puede jugar igual de duro:
Jaimie, quien con una mirada de sus ojos color zafiro puede llegar a destruir a
un hombre.
Años atrás, ella y Mack tuvieron una
relación, volátil, erótica y en la que saltaban chispas. Pero acabó. Ahora ha
entrado de nuevo en la vida de Mack, ocultando demasiados secretos. Contra todo
pronóstico deben asumir que hay un enemigo decidido a destruirlos a ambos, o
bien tenerlos ocupados en una ardiente relación.
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