Una
historia corta, con Nate y Aiden.
«Qué
tugurio.
Echando un
vistazo alrededor del club de BDSM, Nate mantuvo su control sobre la correa de
cuero. Necesitaba que le examinaran la cabeza. Se veía como años atrás cuando
frecuentaba lugares como este. Si alguien lo reconociera… No, no debía pensar
en eso. Se veía bien. Incluso había sacado sus viejos pantalones de cuero.
Lamentablemente, en vez de verse en el papel, esos pantalones le convencían de
que esta no sería su vida nunca más.
Los
constantes paseos a caballo con Aiden y la esgrima con Problema habían hecho a
los pantalones ajustados un poco más holgados que la última vez que los había
llevado. ¿No se supone que el matrimonio te hace engordar?
El
estruendo de fuegos artificiales resonaba en el club y Nate fue agarrado por su
cadera. Maldición… Tenía un cuchillo en la bota izquierda y una pequeña granada
en la derecha, pero se había acostumbrado a llevar una espada también. De todos
los días, había elegido el Día de la Independencia.»
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