Dicen que
la mejor manera de superar un corazón roto es un encuentro al azar. Así que mi
nueva mejor amiga me lleva a un bar. Todo lo que tengo que hacer es ponerme un
vestido de ramera, elegir a un tipo y hacer el acto, ¿verdad?
La cosa es
que esta no soy yo.
Yo soy la
chica buena... la que tiene sexo por amor. Pero, ya que el amor de mi vida está
con otra persona, creo que es hora de seguir adelante.
Una noche,
una vez. Eso es todo. Haré borrón y cuenta nueva.
Un tipo
con un cuaderno de dibujo, sentado solo, me llama la atención. Me gustan los
tipos artísticos con pelo oscuro y ojos azules brillantes. Pronto estamos en su
habitación de hotel haciendo cosas que nunca he hecho. Su cuerpo ardiente,
perfectamente tonificado, con una piel caliente y un tacto firme, me hace
pensar en lo que está por venir. Los dos estamos desnudos y relucientes de
sudor, sin aliento.
Y entonces
se marcha, justo antes de hacer el acto, abandonándome en su habitación. No
vuelve.
Una semana
más tarde lo vuelvo a ver, y me doy cuenta de que no era un tipo cualquiera. El
corazón se me encoge ante el tremendo error, y aún no comprendo el alcance del
mismo. Debería haber corrido y no haber mirado atrás.

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