Scotty Monroe no tenía ni idea de cómo había acabado en el
hospital. Lo último que recordaba era haber huido de su abusivo tío. Lo único
que sabía con certeza era que no quería volver a la casa de Franklin, aunque
tuviera que vivir bajo un puente. Lo que confundía aún más a Scotty era el
apuesto hombre que estaba junto a su cama. No tenía ni idea de por qué el
sheriff se quedaba allí o por qué el tipo lo había llevado a su casa.
Tras encontrar a un humano inconsciente en el bosque, el
sheriff Mitch Greeley lo llevó rápidamente al hospital, para darse cuenta de
que Scott era su compañero. El cuerpo del tipo estaba plagado de cicatrices y
parecía no haber comido en un mes. Cuando el todoterreno de Mitch explotó, supo
que el tío de Scott iba a por él. Franklin estaba empeñado en recuperar a su
sobrino, y Mitch estaba igual de decidido a mantener a su compañero a su lado.
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