Simón ha sido capturado por un hombre,
que quiere torturarlo.
En su lugar, Minzhe lo deja ir. Sólo hay un pequeño
problema. No quiere volver a casa. Su abusador tío lo está esperando.
Ser gay es un pecado, de acuerdo con él,
y Ned está en pie de guerra. Minzhe no sabe qué hacer con Simón. Quiere saber
por qué Deuce utilizó al humano, pero interrogar a su pareja le deja un mal
sabor en su boca.
Decide que hallar respuestas es algo que puede esperar, sólo
para descubrir el abuso que Simón ya había sufrido. Determinado a impedirle
sufrir más daño, Minzhe va tras el tío. Sólo que no es sólo este quien busca a
Simón.
Se han hecho tratos tenebrosos y hay unos cuantos hombres que están a
punto de poner sus manos sobre la herencia de Simón, una herencia de la que
este no sabe nada.
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