Sam Turner
aún se está acostumbrando al hecho de que existen hombres lobo, y no está
seguro de que le guste esto. Cuando Alain Lake, un hombre que ha puesto los
ojos sobre él, lo obliga a someterse Sam ya no está cómodo, esta cabreado. Todo
esto lo asusto como el infierno, aun si Alain tenía una buena razón, por ser un
magnifico hombre lobo, estúpidamente fuerte y muy hermoso.
Pero
Alain, aunque es un hombre lobo, cuenta con todos los deseos y necesidades de
un hombre, y él lo da a conocer una y otra vez, pidiendo perdón a Sam por todo
este lio, y luego lo presiona contra la pared y le besa sin sentido.
Sam, a
pesar de pensar en sí mismo como un chico a quien le gustan las chicas, no
puede negar lo bien que se sintió ese beso, pero él no está listo. Eso está
bien, porque Alain está dispuesto a luchar por lo que es suyo, y defender a su
compañero de aquellos que quieren hacerle daño.
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