El guardián Jackson Tybalt siempre ha
sido uno de los buenos, hasta que descubre al hombre al que ama besando a otro.
Traicionado y furioso, Jackson comienza a jugar con el peligro y la muerte, ignorando
los ruegos de los demás Guardianes para que vaya con cuidado. Su estado de
ánimo no es el más recomendable para iniciar un romance, pero eso no detiene a
Raphael, el kyrie, que más que nada desea poseer a Jackson.
Jackson no desea un Hogar, no desea un
amante… solo busca oscuridad y dolor, y Raphael está dispuesto a darle lo que
quiere. Pero a veces los pecados de la carne son lo que el cuerpo necesita para
vendar las heridas del corazón, y Raphael ocultará la ternura que siente por
Jackson mientras el Guardián siga vistiendo los hábitos del Pecador.
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