Cálida lluvia de verano. Ese fue el aroma que me atrajo.
Los expresivos ojos color verde ámbar que rogaban ser amados me retuvieron. Una
mirada y supe que quería que Lany Harris fuera mío. Convencerlo de mis buenas
intenciones podría llegar a ser más difícil que intentar convencer a mis
superiores de que alguien había ido por nosotros.
Evidentemente era una locura.
La canela y el whisky tenían un delicioso aroma, él era
comandante del S.W.A.T, Teniente Salvador Delvecchio. Deseaba envolverme en su
aroma, hundirme en él, y nunca salir. Quería ser devorado por todo lo que era
el letal hombre que tuvo que rescatarme y que había decidido que yo le
pertenecería.
Yo era un desastre caliente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario