El
multimillonario Pete Ferro es un mujeriego y siempre lo será. No hay cincuenta
tonos de gris cuando se trata del amor. A veces todo lo que tenemos es el aquí
y ahora, y no hay segundas oportunidades; así que, ¿por qué fingir? Esa es la
parte que no entiendo. ¿Por qué en un momento actúa como si me quisiera y al
siguiente como si me odiara?
El hombre
es sexy, con su cabello oscuro y un hoyuelo en la esquina de su sonrisa
torcida. Siempre está enredado con mujeres, sin querer nada. No desea amor. No
me desea a mí.
Pero esos
poemas que escribe, y los versos que corren más profundo que su exterior macho
alfa van más allá, y me dejan preguntándome si he caído enamorada por un hombre
o un mito.
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