Incluso
Pete Ferro, con ese cuerpo pecaminoso y hermosa mirada azul, no puede
arrastrarme de aquí. Mi vida es finalmente mía. Las cosas van finalmente a mi
manera.
Pero a
medida que mi vida progresa, los ojos de Pete se vuelven más turbados. Hay algo
allí, algo debajo de las palabras filosas y el encanto (alguien real) y lo
asusta. El verdadero Peter Ferro también me asusta, pero no voy a renunciar a
él, aunque todos los demás lo hayan hecho.
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