Syx nunca
imaginó que su prueba sería fácil, pero lograr que Echo y él mismo queden
atrapados dentro de una cueva oscura sólo se suma a su creciente lista de
problemas.
Con los
otros guerreros en una excursión para reclutar otro miembro para su ejército,
le toca a él encontrar una manera de salir del embrollo. Los va a matar la
próxima vez que ellos lo dejen a cargo.
No es que
culpe a Syx, pero Echo tiene frío, está hambriento y quiere ir a casa. Sabiendo
que sus otros compañeros están lejos porque tienen la esperanza de traer a su
ex amante de vuelta con ellos, sólo lo hace enfurecer.
No le
gusta la oscuridad, y cuando la luz tenue se desvanece dentro de la cueva, Echo
sabe que debe entregar su mente a Syx o arriesgarse a perderla por completo. Ya
le entregó su corazón al demonio. ¿Qué tan difícil puede ser?
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