Petro
Markova, el más joven de los Sabuesos del Infierno de Markova, había pasado
años asegurándose de que la finca fuera segura para todos, desde cortafuegos
hasta sistemas de seguridad reales. Por desgracia, mantener su propio corazón y
su alma seguros era algo que no podía hacer. Cuando la fuente de su angustia
regresa, Petro sabe que no puede vivir con miedo en el complejo y está seguro
de que no puede confiar en su compañero.
Malfinn
Lundberg parece saludar siempre a Petro con el puño y se ha convertido en un
hombre que no sólo sus hermanos pueden reconocer, sino los ángeles que lo
conocen desde hace siglos. Tiene que estar volviéndose salvaje, ¿no? Nadie
puede dar otra explicación a su comportamiento errático, aunque la razón de su
fijación con la más joven de las Markova pone a toda la hacienda en un aprieto.
Pero
averiguar cómo curar a Mal es sólo la mitad de la batalla. Quién podría culpar
a Petro por ser incapaz de superar su miedo y volver a acercarse a Mal... Y
mucho menos perdonarlo.
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