Hay líneas
que nunca deben cruzarse, como la tortura sin razón o los experimentos por
locura. Cuando Dorian se entera de que los paranormales capturados por el
gobierno estadounidense no están siendo asesinados como pensaban todos sus
líderes, sino que están soportando horrores que la mayoría no podría soportar
ver, no le cabe duda de que se avecina una batalla.
Las
batallas pueden llevar a una guerra, una que no está seguro de que puedan ganar
tan fácilmente, y eso significa encontrar aliados. Los líderes de todos los
bandos están divididos, discutiendo sobre quién es el responsable en lugar de
centrarse en los pasos a dar, lo que lleva a Dorian a buscar una antigua
oscuridad que muy pocos saben encontrar y mucho menos hablar de ella más allá
de los rumores.
Sin
embargo, Dorian nunca tiene una sola cosa en su plato, y no es sólo Mikas en su
mente, sino también un poco de demasiada "ayuda" que tiene que
limpiar después. Pero siempre hay alguien a quien salvar, aunque tenga ojos de
gato y orejas deliciosas. ¿Y qué demonios pasa con la gente que dice que lo
creía muerto?
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