Cada
deprimente día, Zach Driscoll toma el elevador desde el penthouse, en el
edificio de departamentos de su padre, hacia su vida fríamente encantada, en
donde ser abogado sindical en lugar de abogado corporativo es un acto de
rebeldía. Todos los días, es decir, hasta el día en que el elevador se malogra
y Sean Mallory prácticamente cae en sus brazos.
El
profesor sustituto, Sean Mallory, es todo lo que Zach no es pobre, feliz, y
ridículamente encantador. Con una sonrisa fascinante y una inclinación por el
drama, Sean se abre camino entre risas hacia el corazón de Zach, un viaje en
elevador a la vez.
A Zach le
gustaría conocer a Sean mejor, pero primero tiene que armarse de valor para
dejar su torre de marfil y enfrentar una relación que no termine con el ¡Ding!
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