Dean
McGregor no es el mejor guerrero. Es más, un rastreador. El tipo de vampiro que
caza a su presa para que otros guerreros puedan tomar la delantera.
Y cuando
esos lobos matan a un querido amigo suyo, Dean quiere su venganza.
Lástima
que el lobo al que dispara es demasiado rápido para manejarlo, demasiado fuerte
y también su compañero.
Zeus
todavía se estaba recuperando de ser atacado por vampiros cuando este pequeño
bastardo intenta eliminarlo. El vampiro no tiene suerte, su sangre huele muy
bien. Un instinto diferente a todo lo que ha sentido toma el mando. Zeus conoce
el destino cuando trata de dispararle con un dardo tranquilizante.
Pero,
¿cómo puede convencer a un vampiro que nunca ha conocido el amor verdadero de
que puede amar y confiar en un hombre lobo? ¿Especialmente cuando hay otros en
la manada que estarían más que felices de ver a Dean irse para siempre?
No hay comentarios:
Publicar un comentario