Naomi ha
gastado todos los que ganó con el rendimiento de su granja en una inyección de
fertilidad. Quiere un bebé para aliviar un poco la soledad de la vida en los
confines del universo. Por desgracia para ella, el donante que había conseguido
no puede terminar el trabajo. ¿Qué puede hacer una humana solitaria y ovulando?
Esta se dirige
a la oficina de Custodia del Puerto y pide ayuda al custodio militar de turno.
Ainar,
valiente pero torpe, no está seguro de por qué esta humana insiste en necesitar
su ayuda para dormir, pero está encantado de ayudar a alguien tan delicada y
guapa como la colona humana. Y cuando se da cuenta de lo que realmente quiere…
bueno.
Sin duda,
es un sueño hecho realidad.
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