Whim cree
ser el sídhe (o elfo) más débil de la Colina de Green: es tan constante como un
abejorro en un huracán y tan fiel como la juguetona brisa. El príncipe de Whim
cree que hay más profundidad en él de la que todos piensan y durante el Litha,
(la noche del solsticio de verano) lo envía al mundo mortal donde se esfuerza
por dar un pedazo de su ser a otros.
En un
Litha conoce a Charlie, un desesperado y joven humano que le roba un beso. Whim
le roba uno también, y en consecuencia siente un desesperado deseo de saborear
a este extraordinario humano. Jura regresar el próximo Litha y terminar lo que
iniciaron, y así empiezan una tradición que dura trece años, una celebración
entre lo mortal e inmortal, entre el amor y la paciencia que es sustentada por
la pasión de Whim y su fiel sentimiento de amar y mantener a este humano cerca
de su corazón.
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