Ethan
Costa aprendió desde muy joven que no existía el amor incondicional y que era
mejor conformarse con lo que se podía conseguir en lugar de esperar que el
mundo te diera lo que necesitas. Como Ethan, modelo porno de Johnnies, obtiene
exactamente lo que quiere -compañía y contacto físico a cambio- y está
perfectamente satisfecho con ello. Está seguro de ello.
Jonah
Stevens ha pasado la mayor parte de su vida adulta ayudando a cuidar a su
hermana y tratando de evitar que su atribulada familia se resienta. Ha tenido
muy poco tiempo para trabajar en su confianza o en su cuerpo. Cuando Jonah
conoce a Ethan, no ve al niño herido ni a la estrella del porno descarada. Ve a
un hombre divertido, sexy y seguro de sí mismo al que, contra todo pronóstico,
parece gustarle Jonah a pesar de su vida ordinaria, pero difícil.
Sintiendo
un espíritu afín y un interés común, Ethan piensa que una amistad platónica con
Jonah no violará sus reglas de comercio justo de sexo y contacto, pero Jonah
tiene ideas diferentes. Ethan está seguro de que su elección de trabajos ha
eliminado toda esperanza de una relación real, pero Jonah quiere el paquete
completo: el hombre sexy, el chico vulnerable, el compañero encantador que
trabaja tan duro para hacer felices a otras personas. Jonah quiere demostrar
que debajo del daño con el que Ethan ha vivido toda su vida, sigue siendo oro
con la promesa y la capacidad de amar.
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