Samuel Erickson, un
humano y ex-esclavo de sangre, odia tanto a los vampiros como para desear
venganza.
Él no confía en ninguno, a excepción quizá en Sully, el
vampiro que lo salvó. Pero confiar en alguien y ceder ante el deseo que arde
por dentro de cada vez que está al lado del apuesto vampiro son dos cosas muy
diferentes. Cuando sus vidas están amenazadas y tienen que luchar codo con codo
para mantenerse con vida, el odio que Samuel alberga parece menos importante.
Sully Buckley, un vampiro, desprecia a los seres humanos
tanto como Samuel odia vampiros. Nada bueno podía salir de su asociación. Sully
se ha estado diciendo esto a sí mismo desde que vio por primera vez el terror
en un ser humano. Para su consternación, le resultaba difícil recordar esas
razones, cuando pasa tiempo con Samuel.A pesar de los problemas entre ellos,
nada puede impedir que Sully realice su rescate cuando son atacados por los
soldados enviados por el padre de Samuel.
Cuando la traición viene de dentro de sus propias filas,
Sully sabe que tiene que dejar a un lado su odio y luchar por su compañero o
perderlo para siempre, y él lo quiere desesperadamente para siempre y un día.
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