Cuando la familia de Adam Mackenizie no puede pagar sus
deudas, se vende a sí mismo como esclavo temporal. Son solo diez años de su
vida, y puede hacer eso para evitar que su madre y sus hermanas se conviertan
en putas de sangre.
Nunca espera ser puesto a subasta en un mercado sexual por
su nuevo amo. Tampoco espera que su comprador sea un amor de su pasado, que lo
abandonó cuando más importaba. Adam no sabe si sentirse aliviado y besarlo o
golpear el hermoso rostro del hombre.
El lobo alfa Mason Cayne nunca pensó que vería a Adam, el
hermoso, dulce e inocente Adam, en una casa de putas. Su primer instinto es
comprarlo y terminar lo que comenzaron hace siete años. Gracias al padrastro de
Adam, los vampiros quieren recoger a Adam personalmente. Ahora Mason debe decidir
si vale la pena arriesgar la vida de todos los miembros de su manada por el
amor de cachorro que una vez compartió con Adam.
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