La vida me ha enseñado que no puedo confiar en nadie. Ni en
los amigos, ni en la familia. En los peores y más oscuros momentos, no se puede
contar con nadie que te cubra la espalda. Incluso a mil millones de kilómetros
de la Tierra, en un remoto planeta helado, sigo sintiéndome sola. ¿El único
consuelo? No he resonado. No es que no quiera amor o hijos. Es que no puedo
confiar en nadie, ni siquiera en mí misma.
Pero entonces un día, mi khui resuena, y es con el último
tipo que esperaba. De hecho, resueno tan fuerte que mi pecho canta su canción
de apareamiento antes de que lo haga el suyo. Eso nunca sucede.
Entonces, ¿Qué hace una mujer adulta, tranquila y racional
cuando la vida se pone patas arriba?
Corre hacia las colinas, por supuesto.
Debería haber sabido que me seguiría.
AAAAAAAAAAAAAAAA, este momento de mi vida se llama felicidad.
ResponderEliminarMuchas gracias♡♡