En un intento desesperado de sacar a su abuela de sus
crecientes facturas médicas, Edward toma un préstamo de un hada. Ahora Lyle no
está jugando según las reglas. El hada envía un demonio chupa-almas tras Edward
sólo por diversión. Cuando Edward es rescatado por un guerrero pelirrojo, cree
que estaba soñando, hasta que el guerrero aparece en su casa, diciéndole a
Edward que será su nuevo guardaespaldas.
Cuando Anton escapa, Fénix está preocupado de que vaya tras
el macho de ojos dorados. Fénix regresa al reino humano, y ahora tiene una
batalla en sus manos cuando Eduardo rechaza su ayuda. Cuando Fénix se entera de
que Eduardo es su pareja, nada le impedirá proteger al macho, incluso cuando
Lyle vaya tras ellos con toda su fuerza. Una casa quemada hasta los cimientos,
una abuela con demencia, y oscuros hechizos sobre ellos, Fénix estaba hasta los
ojos en el caos tratando de mantener a Ojos Dorados a salvo mientras muestra a
su pareja lo que el humano significa para él.
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