Hagen Wylie lo tiene todo resuelto.
Va a vivir en su ciudad
natal, será amigo de todos, explorará nuevas relaciones y reconstruirá su vida
después de los horrores de la guerra. Sin desorden, sin alboroto es el plan.
Está en camino, hasta que descubra que su primer amor también ha vuelto a casa.
Hagen dice que no es gran cosa, pero un encuentro casual con los dos hijos
guapos de Mitch Thayer lo pone directamente en el camino del único chico que
nunca ha sacado de su cabeza.
Mitch regresó por tres razones: para criar a sus hijos en
el lugar donde creció, para trasladar su negocio de muebles y animarlo a
prosperar, y para recuperar a Hagen. Los años pasados dejaron perfectamente
claro que el joven al que amaba en el instituto es el único para él. ¿Cuál es
el problema? Se fue de la ciudad y no han hablado desde entonces.
Si Hagen va a confiar en él de nuevo, Mitch necesita
mostrarle cómo ha crecido y no lo va a dejar ir. Podrían tener una nueva
oportunidad para el amor... pero Hagen insiste en que no está reviviendo una
relación con Mitch. Pero nunca se sabe.
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