Marey ha estado huyendo de sí misma y de
Sax durante tres años. Años perdidos, escondida en el hogar que sus padres le
dejaron, viviendo de sus fantasías, demasiado temerosa de hacerlas reales con
el hombre que ha atormentado sus sueños. Sax Brogan es la personificación del
pecado y el erotismo alto, moreno, atractivo y cada centímetro de su cuerpo
hace que los sueños de Marey se vuelvan húmedos y palpitantes. Y está más que
preparado para reclamar a esa mujer. Ya va siendo hora de que Marey deje de
huir y se aferre no sólo a la fantasía que él representa, sino a la realidad
que él le ofrece... siempre que su ex marido la deje vivir lo bastante como
para que pueda disfrutarlo.
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