Tomado de su vida del Reino Humano,
Dillon tiene que ajustarse a estar rodeado de demonios. Eso no es difícil
cuando él pone sus ojos en un delicioso y bien parecido demonio. En el momento
en que puso sus ojos el guapo Rainerio, Dillon supo que lo quería.
Rainero encuentra al humano, Dillon,
persistente, molesto e implacable. Lo encuentra caliente como el infierno. Solo
hay una cosa que lo detiene de tomar a Dillon en su no muy casual oferta. Ha
visto a los otros compañeros ser usados como peones en contra de los guerreros,
y esos es algo que Rainero no quiere en su agenda. Incluso si Dillon no es su
compañero, él no se va a arriesgar.
Cuando Dillon es usado como un
experimento para probar una nueva droga que ha salido, Rainerio deberá luchar
para salvarlo. Pero cuando se desborda el Black River, indicando que el cristal
ha sido usado, los problemas para proteger al humano solo se multiplican,
especialmente cuando se entera de que Dillon, de hecho, es su compañero.
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