Jill ha aprendido por las malas que en
los hombres no se puede confiar y sexo sólo causa dolor. En la iniquidad del
espacio, las mujeres son una mercancía sexual... para ser usadas y abusadas.
Ella está haciendo un trabajo de hombres, sólo con brutal reputación de su
padre y tres androides para ayudarle a mantenerse viva cuando ve a un enorme y
guapo cyborg encadenado a una tabla de carga. La abusiva tripulación planea
venderlo para luchar en combates a muerte horribles. Es una estupidez, es una
locura, pero Jill no puede dejarlo a un destino tan horrible.
Coal ha sobrevivido de ser un esclavo de
reproducción en cautiverio y al daño irreversible a sus implantes cyborg, pero
su honor está intacto. Está agradecido Jill lo salvó y va a pagarle de la única
manera que puede. Él va a arreglarla... con su boca, sus manos y su cuerpo. Él
puede enseñarle a la pequeña humana cuánto placer que es capaz de sentir.
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