La herencia del brujo malvado ha dejado a
Meg con un montonazo de poder y de influencia en el suroeste de los Estados
Unidos. Para su consternación, eso significa que prácticamente todos piensan
que ya tiene un pie puesto en eso de ser la siguiente Gran Dama.
Lo que no pillan es que lo último que Meg
quiere ser es Gran Dama. Creció viendo a su madre gobernar la comunidad
paranormal del noreste y fue suficiente para mostrarle que ella no desea esa
clase de responsabilidad.
Terrance B Sharpe se autoproclama el
hombre ideal para el trabajo. Incluso ha enlazado a la matriarca de la poderosa
manada de leones de Los Angeles como demostración de su destreza. Y es a través
de él que Meg conoce a un actor por el que ha estado colada desde hace años.
Uno de los leones, Logan Lockhart no solo pone a sus cosas de chica contentas,
sino que también le pone al día en una o dos cosas sobre Sharpe que ella
preferiría no saber.
¿Pero qué diantre está haciendo
prestándole atención a Logan cuando ya tiene dos seductores cambiaformas que
son suyos? Michael y Rudy están haciendo todo lo que pueden para ayudarla, pero
Michael, como siempre, tiene sus propias intenciones que no siempre coinciden
con las de Meg.
¿Qué tiene que hacer una chica cuando se
le ofrece en bandeja de plata la mejor porción del Poder?
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