Garrett sabe que lo que está haciendo puede meterlo en problemas, pero no puede evitarlo. Cada noche, cuando llega a casa, la rubia al otro lado de la calle está muy ocupada con su novio con las persianas abiertas. Se ha pasado las dos últimas semanas consiguiendo un buen vistazo y cayendo profundamente en la lujuria. Pero cuando Garrett ve a un hombre escondido en un pasamontañas negro en el dormitorio de su sensual vecina, él no sabe qué va a ser el único capturado.
Jayne tiene una buena vida con un amante agradable que se ocupa de todas sus necesidades, pero todavía está atraída por el hombre solitario del otro lado de la calle. Ha estado compartiendo sus más profundas fantasías con él desde lejos, pero está lista para subir las apuestas. Cuando convence a Richard a representar un escenario peligroso, todo funciona según lo previsto. Sólo Garrett no es feliz sobre este juego. Y tiene reservas porque ella ya tiene un amante y él no está en tríos. Ella supone que sólo tendrá que convencerlo de lo contrario.
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