Boris
Markova, el mayor de su camada, sigue a su compañero por la finca, sin saber
cómo acercarse a él. Al final, tras semanas de acoso, Boris soporta la
acusación de las pulgas antes de ser aspirado como una alfombra barata porque
muda. Pero Boris no puede enfadarse: le gusta cómo su compañero suelta las
cosas, sean buenas o malas.
Qbert
Durriken es conocido en toda la finca como el limpiador germofóbico. No le
importa, pero por eso se sorprende cuando un sabueso empieza a seguirle... Y
acaba sabiendo su nombre. Apreciando lo que puede significar, Qbert espera que
sean compañeros, y se lanza, queriendo ser feliz. Boris pasa por alto las
compulsiones del TOC, deseando una vida con el hombre sexy, aunque lave sus
sábanas al momento de ensuciarlas.
Por
desgracia, mientras Qbert se centra en purificar su incipiente relación,
intentando creer en el destino, abre una brecha entre ellos. Pero, ¿podrá ver
lo que ha hecho antes de perder a Boris o seguirá ciego ante lo que ambos
necesitan para que su apareamiento funcione?
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