¿No es la caza la mitad de la diversión?
Eso es lo que piensa Darien cuando se fija en uno de los inversores de
Wildfire. El sexo es lo único en lo que se interesa Darien, hasta que vuelve a
aparecer un canalla del pasado de Matthew. Ahora, le toca a Darien sacar a
Matthew del borde de la autodestrucción, y no entiende por qué está desesperado
por un tipo que apenas conoce.
Cuando Matthew y sus amigos invierten en
un pueblito, él no tiene ni idea de en lo que se está metiendo. Darien hace
saber que quiere a Matthew, pero después de una amarga traición de un amante
pasado, Matthew no confía en nadie. Él piensa que Darien no vale la pena el
riesgo. O eso piensa él.
Cuando su vida comienza a salirse de
control, Matthew se sorprende que es Darien quien viene a su rescate, negándose
a permitir que Matthew se hunda en las profundidades de la desesperación.
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