Dusty tiene la gracia de un elefante en
una cacharrería. Podría tropezar hasta con el aire, y tenía arañazos y rasguños
que lo demostraban. Su reunión con Alexander Sheffield termina siendo, como
casi todo lo demás en su vida, un desastre total.
Pero Alexander queda cautivado por el
peligroso Dusty, tanto que, de hecho, contrata al hombre para ser su asistente
personal, incluso si sólo lo hace para evitar que se haga daño. Dusty sólo
necesita un poco de orientación en su vida, un poco de orden, y Alexander es el
hombre indicado para dárselo. Ahora bien, si puede estar en la vida de Dusty el
tiempo suficiente sin que, el hombre propenso a los accidentes se lastime,
Alexander tiene planes para él, que convertirán a Dusty en su ‘para siempre’.
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