Desde ese fatídico día en que fue
secuestrada de su trabajo y convertida en vampiro, la vida de Mandy ha sido una
mierda, literalmente. Obligada a convertirse en asesina del Consejo Vampírico,
encuentra consuelo en eliminar a los canallas que a menudo le asignan para
matar. Las cosas se van al diablo cuando se da cuenta de que su próximo
objetivo es un antiguo compañero de trabajo de su época humana... uno muy
caliente, por el que tenía sentimientos profundos. Peor aún, el consejo estaba
equivocado. Él no es un villano, sino un protector. Uno que ella se niega a
matar, independientemente de las órdenes.
Glacier está asombrado de encontrarse
cara a cara con Mandy en un callejón oscuro. Aún más al saber que la dulce
humana que conoció una vez es ahora una asesina asignada para matarlo, nada
menos. Sus órdenes son claras. Eliminarla. Pero, ¿qué puede hacer el GarLycan
cuando el deber entra en conflicto con su deseo de proteger a la mujer por la
que una vez tuvo sentimientos? Está a punto de descubrirlo.
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