Sean Ferro es mi adicción. No le puedo decir que no, sin importar lo
que pide, y sé que hay tantas preguntas oscuras detrás de esos ojos azules,
tantas cosas que quiere que haga con él.
Cuando lo veo ponerse en una rodilla, con su cuerpo sexy cubierto de
arena, y sostiene en alto un anillo brillante, apenas puedo respirar. Parece
que va a proponerme matrimonio, y sé exactamente lo que voy a decir.
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