¡Qué mierda mi vida!, se está volviendo el lema de Avery.
Justo cuando
cree que las cosas no pueden empeorar, lo hacen. Cuando su auto se detiene en
una concurrida intersección y sale para revisar debajo del capó, un sujeto le
roba el auto. Armada con un vestido y un par de zapatillas, Avery corre detrás
del ladrón. Cuando un sexy extraño le ofrece su ayuda, ella no puede negarse.
Así es como Avery conoce a Sean Ferro, el sujeto absolutamente sexy y
completamente dañado con más secretos para los que ella tiene tiempo. Avery no
tiene tiempo para nada.
Su vida se está cayendo a pedazos y no solamente el
auto. Todo, y no importa cuánto intente aferrarse, no queda nada a lo que
agarrarse. Con la repentina muerte de sus padres, es cuestión de meses hasta que
la oportunidad de Avery en la universidad se haya ido, y se encuentra viviendo
en una caja de cartón. Los otros estudiantes tienen a sus familias de las que
depender cuando las cosas se ponen feas. Avery no tiene a nadie.
Pero hay una
opción, una opción increíblemente sexy y desprovista de moral. Si Avery toma un
trabajo como prostituta, algún sujeto podría salvarla. Un cliente. Una sola
vez. Solo tiene que decir que sí.
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