¿Ha
fantaseado alguna vez con un interludio caliente con un desconocido?
Lisa
Graham, empapada por la lluvia e incapaz de conseguir que un taxi se detuviera
por ella, decidió esperar a que pasara la hora pico en un discreto bar que
nunca había visto antes. Tampoco había visto nunca a Mark, el hombre que la
invitó a compartir su cabina privada. Tampoco había hecho nunca las cosas
eróticas en público a las que Mark la inducía.
A los
cuatro tragos de la noche, se sentía totalmente deseosa y dominada. Y se
preguntaba qué vendría después.
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