El alma de
Elan quiere saltar ciegamente, y declarar que esos son sus compañeros, que está
listo para agradecérselo al destino y reclamar su regalo… Pero nunca nada es
tan fácil, y pronto Elan está listo para un merecido descanso y a punto de
romperse.
Kermy se
siente atraído por lo sexi, poderoso y maravilloso que es su muy viejo
compañero. Si estuviera en algún lugar de la liga de Elan, eso sería genial.
Pero parece un virgen que no puede encontrarse con su compañero sin caer en
picado, y además de que los problemas surgen por todas partes, tiene miedo de
que su compañero no lo ame nunca.
Si eso no
fuera suficiente, Elan encuentra a su otro compañero, Talcott… Y casi lo mata,
lo que es algo que normalmente no se perdona. Por otra parte, dada la maldición
con la que Talcott ha nacido, él está acostumbrado a las volátiles reacciones
de las personas y a lo que pueden hacerle.
Pero cuando el regalo de Talcott advierte a los faes del desastre, ¿esto los unirá a los tres en su intento de cambiar lo que está en las cartas, o los dividirá de forma permanente?
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