Abigail
Dorothy Osborne no podía permanecer un minuto más en su pequeño pueblo de
Kansas, donde los hombres eran demasiado viejos, demasiado jóvenes, o demasiado
agrestes. Por no hablar que vivía con su anciana tía Maye, que pensaba que el
sexo era uno de los siete pecados capitales. Pero mientras hace sus maletas,
sucede un desastre. Un tornado pasa a través de su casa, llevándose a Abby y
también a su perro Lobo Irlandés.
Cuando
Abby despierta, está segura de que está soñando. No sólo no está en Kansas,
sino que está en otro planeta. Un planeta encantador lleno de hombres sexys más
que dispuestos a hacer que todos sus sueños eróticos se hagan realidad.
El Señor
Kir, Soberano de la Ciudad Esmeralda y Señor de los lobos moradores de las
cuevas de las montañas, encuentra un tesoro de camino a ladrillos amarillos. Ella
es hermosa. Está confundida. Es absolutamente desesperante.
Abby no es
de su mundo, sin embargo, sabe que debe hacerla suya.
Reclamarla.
Enseñarle
los placeres de la sumisión.
Sí. Esta
era su mujer, su gatita, su compañera. Abby Osborne pertenecerá a Kir para la
eternidad, si puede evitar que lo mate primero.
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